“Mi Madre Carmela Godoy dedico los 25 años que sobrevivió a Daniel, a gestionar la publicación y divulgación de esa obra que mi padre complementó con numerosas y bellísimas composiciones originales, nada consiguió salvo un rosario mezquino de negativas indiferencias, hipocresías, robos, y el descubrimiento que realicé a temprana edad, «el terrible poder de la estupidez e incultura de la burocracia oficial».
Muchos años más tarde por 1970, Paul Simon el compositor y cantante norteamericano puso letra muy hermosa a una de las composiciones de Alomía Robles un fragmento de su zarzuela dramática El Cóndor Pasa y la convirtió en el éxito musical que es conocido y cantado en todo el mundo, en todos los idiomas.
Estoy seguro de que mi padre con su inquebrantable y melancólico buen humor se habría muerto de risa ante la ironía de un cóndor rescatado del olvido, de su pueblo por un trovador norteamericano, confieso de que a mí no me dan ganas de reír…”